El primer arribo de petróleo pesado desde el derrame en el Golfo de México tocó tierra este miércoles en las frágiles marismas de Luisiana, y parte del derrame ingresó a una poderosa corriente que podría llevarla hasta Florida y más allá.
Los medios destacaron la gravedad de la situación mientras el gigante energético británico British Petroleum (BP) corría para capturar más crudo filtrándose de un pozo submarino dañado 1,6 kilómetros bajo la superficie.
El derrame amenaza con provocar un desastre ecológico y económico a lo largo de la costa del Golfo estadounidense y más allá.
"Esto no eran bolas de alquitrán. Esto no era brillo. Esto es petróleo pesado en nuestras marismas", dijo en una conferencia de prensa el gobernador de Luisiana, Bobby Jindal, tras un viaje en bote al punto más al sur de la boca del río Mississippi.
Las marismas son incubadoras de camarones, ostras, cangrejos y peces que hacen de Luisiana el productor líder de mariscos en Estados Unidos continental y un destino frecuentado para la pesca recreativa. Estados Unidos impuso una gran zona de veda de pesca en aguas del Golfo afectadas por el derrame.
Mientras, el Servicio Meteorológico de Estados Unidos dijo que una "pequeña porción" de restos del derrame ingresó a una poderosa corriente, que podría llevarlos hasta el este de los Cayos de la Florida y, posiblemente, hasta Miami y Cuba dentro de 8 a 10 días.
BP, con su reputación ya muy afectada por un desastre ambiental que podría eclipsar el derrame de Exxon Valdez de 1989 en Alaska, ha logrado progresos en capturar parte del crudo que fluye del pozo, dañado en una explosión el 20 de abril pasado en el puente de Deepwater Horizon, donde murieron 11 trabajadores.
La petrolera británica informó que ahora está capturando cerca de 3.000 barriles diarios de crudo (477.000 litros), de lo que la compañía estima es una fuga de 5.000 barriles diarios. BP podría comenzar a inyectar barro en el pozo a primera hora del próximo domingo para sellar permanentemente la filtración.
Cálculos muy diferentes
Un panel parlamentario estadounidense ya escuchó el testimonio de expertos que dijeron que el ritmo del derrame podría ser mucho mayor.
"Esto no es ciencia espacial", afirmó Steve Wereley, profesor asociado de ingeniería mecánica en la Universidad de Purdue, quien estimó el volumen del derrame en unos 70.000 barriles diarios. "Todas las estimaciones externas son considerablemente mayores que las de BP", agregó.
Las acciones de BP cerraron con una baja de casi un 2 por ciento en Londres el miércoles, extendiendo recientes pérdidas.
La disputa política también continúa. El Departamento del Interior estadounidense dijo el miércoles que su asediado Servicio de Administración de Minerales será separado en tres divisiones, como parte de un esfuerzo por reestructurar la forma en que el Departamento maneja la producción energética.
Por otro lado, el turismo del estado de Florida ganó un respiro cuando se confirmó que bolas de alquitrán en playas de los Cayos no provendrían del derrame en el Golfo de México, pero funcionarios dijeron que la industria del turismo, de 60.000 millones de dólares anuales, ya está pagando las consecuencias de la marea negra.
La Guardia Costera dijo que las pruebas de laboratorio mostraron que 50 bolas de alquitrán halladas esta semana en los Cayos Bajos -una meca para buceadores, nadadores, pescadores y quienes van a las playas- no eran del derrame del Golfo.
"Aunque no hallemos siquiera una pequeña bola de alquitrán aquí durante el mes próximo, ya hubo un significativo daño de percepción de los Cayos de Florida y en general del turismo en Florida", dijo Andy Newman, del Consejo de Desarrollo del Turismo.
"Entendemos que no estamos a salvo aún, que hay más petróleo afuera", dijo.
También se hallaron pelotas de alquitrán en la costa de Texas y estas ya están siendo sometidas a pruebas, pero un oficial de la Guardia Costera dijo que era "altamente improbable que esas bolas de alquitrán en Texas se relacionen con el derrame".
Un panel parlamentario estadounidense ya escuchó el testimonio de expertos que dijeron que el ritmo del derrame podría ser mucho mayor.
"Esto no es ciencia espacial", afirmó Steve Wereley, profesor asociado de ingeniería mecánica en la Universidad de Purdue, quien estimó el volumen del derrame en unos 70.000 barriles diarios. "Todas las estimaciones externas son considerablemente mayores que las de BP", agregó.
Las acciones de BP cerraron con una baja de casi un 2 por ciento en Londres el miércoles, extendiendo recientes pérdidas.
La disputa política también continúa. El Departamento del Interior estadounidense dijo el miércoles que su asediado Servicio de Administración de Minerales será separado en tres divisiones, como parte de un esfuerzo por reestructurar la forma en que el Departamento maneja la producción energética.
Por otro lado, el turismo del estado de Florida ganó un respiro cuando se confirmó que bolas de alquitrán en playas de los Cayos no provendrían del derrame en el Golfo de México, pero funcionarios dijeron que la industria del turismo, de 60.000 millones de dólares anuales, ya está pagando las consecuencias de la marea negra.
La Guardia Costera dijo que las pruebas de laboratorio mostraron que 50 bolas de alquitrán halladas esta semana en los Cayos Bajos -una meca para buceadores, nadadores, pescadores y quienes van a las playas- no eran del derrame del Golfo.
"Aunque no hallemos siquiera una pequeña bola de alquitrán aquí durante el mes próximo, ya hubo un significativo daño de percepción de los Cayos de Florida y en general del turismo en Florida", dijo Andy Newman, del Consejo de Desarrollo del Turismo.
"Entendemos que no estamos a salvo aún, que hay más petróleo afuera", dijo.
También se hallaron pelotas de alquitrán en la costa de Texas y estas ya están siendo sometidas a pruebas, pero un oficial de la Guardia Costera dijo que era "altamente improbable que esas bolas de alquitrán en Texas se relacionen con el derrame".
Acercamiento con Cuba
El derrame, además, ha terminado por provocar inusuales conversaciones entre funcionarios estadounidenses y cubanos en La Habana, ya que meteorólogos pronosticaron que el petróleo podría llegar a las costas cubanas.
Grupos de defensa del medioambiente acusan a BP de retener información sobre el real tamaño e impacto del creciente derrame, y exhortaron al presidente estadounidense, Barack Obama, a ordenar un rol del Gobierno federal más directo en la respuesta al derrame.
En un testimonio preparado para una comisión del Congreso, el presidente de la Federación Nacional de Vida Silvestre, Larry Schweiger, dijo que BP no había revelado los resultados de sus pruebas a los dispersantes químicos utilizados en uno de los primeros intentos por detener el derrame.
También aseguró que la firma había tratado de retener el video que muestra la verdadera magnitud de la fuga.
Publicado el 19 de Mayo del 2010, en El Tiempo.com
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