Por Katalina Vásquez Guzmán

En el Pacífico colombiano está Chocó, una provincia de selvas tropicales, tráfico de armas, pobreza casi absoluta, corrupción, cocaína y guerra. Allí, un hombre por poco único era opositor del gobierno nacional. Inocencio Rengifo era militante del Polo Democrático Alternativo en un pequeño pueblo de afros que en esa zona, la más desamparada y aislada de Colombia, notaba extraña su voz crítica. De un tiro, Inocencio fue asesinado hace dos días en Cantón de San Pablo. Con su muerte se elevó a siete la lista de integrantes del Polo asesinados en los últimos tres meses. Por eso se prendieron las alarmas por los homicidios y, en general, crímenes de todo tipo cometidos contra la oposición: escuchas ilegales, desapariciones, persecución, amenazas. La dirigencia del partido prepara una denuncia por los hechos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, la Organización de Estados Americanos.
La presidenta del Polo Democrático Alternativo, Clara López Obregón, aclaró que la documentación que entregarán a la OEA es “una solicitud formal de medidas cautelares para la protección de la vida de los dirigentes y representantes del PDA en los cargos de elección popular”. Que no se alargue la lista de asesinados que hasta hoy conforman Ibio Efrén Caicedo, educador; Rogelio Martínez, líder campesino, e Iván de la Rosa, líder cívico que trabajó en la reciente campaña presidencial de Gustavo Petro, cuando finalmente resultó electo presidente el oficialista Juan Manuel Santos, cuestionado por su gestión en el Ministerio de Defensa, mientras el ejército desapareció y asesinó campesinos para disfrazarlos de guerrilleros y obtener beneficios, y mientras la agencia de inteligencia DAS interceptó y persiguió ilegalmente a la oposición, defensores de derechos humanos y jueces.
También Rogelio Tunusco, Francisco Abello, Carlos Wagner e Inocencio Rengifo forman parte de la lista de líderes del Polo víctimas de homicidio desde mayo de este año. Sus quejas contra el gobierno dejaron de escucharse a lo largo y ancho de Colombia. En Antioquia (centro), San Onofre (costa del Caribe), Buga (centrooccidente), Magdalena (norte), Valle (sur) y Chocó (costa pacífica), estos hombres fueron profesores, políticos, líderes comunitarios.
La preocupación de la presidenta del Polo también la llevó a buscar protección en el mismo gobierno colombiano. A finales de mayo, Clara López se reunió con el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio, a quien le pidió una nueva cita “para allegar esta nueva denuncia y realizar el seguimiento al acta de la reunión sostenida en ese mismo despacho sobre medidas de protección al candidato Gustavo Petro y al ex presidente del partido, Carlos Gaviria”. Los congresistas Camilo Romero e Iván Cepeda, líder del movimiento de víctimas de crímenes de Estado, están a la espera de la respuesta por su seguridad que se elevaría en los próximos días nacional e internacionalmente. Jaime Caicedo, concejal de Bogotá, y Dairo Rua, dirigente sindical, igualmente aguardan una respuesta.
Publicado el 15 de Julio del 2010, en Página/12.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario